Clases online en Chile: El escaso acceso para escolares de zonas rurales

Debido a la pandemia, en Chile, al igual que en diversas partes del mundo, se ha debido implementar la modalidad online para las clases, tanto de educación escolar como superior. No obstante, no todos los estudiantes han podido acceder de la misma manera a éstas, presentándose como uno de los obstáculos la brecha digital que poseen quienes habitan en zonas rurales con respecto a los demás estudiantes.

Escuela Viña Tagua Tagua recuperada de Mineduc.cl

Escuela Viña Tagua Tagua recuperada de Mineduc.cl

Por Ana Ramírez Tobar

Enfrentando ya el tercer semestre de clases a distancia, en la pequeña escuela básica Viña Tagua Tagua, ubicada en la homónima localidad perteneciente a la comuna de San Vicente de Tagua Tagua, en la sexta región, que no cuenta con más de 200 alumnos, aún las clases en modalidad online son algo que no han podido llevarse a cabo óptimamente.

Según el director del establecimiento, el profesor Juan Carlos Reyes, el llevar el proceso educativo ha sido un gran desafío, especialmente por la brecha digital existente en el sector. Así menciona que el principal obstáculo para poder continuar con la marcha de las clases durante la pandemia es “la cobertura de Internet, que en este sector es muy mala, ya que las compañías no llegan y no se puede instalar WiFi. Que esto existiera correctamente permitiría que los estudiantes pudieran acceder a herramientas para utilizarlas en bien de su desarrollo educativo.

Estudiantes sin acceso a Internet

No es un caso aislado. Según María Alejandra Grebe, directora de Educación Pública del MINEDUC, expuesta en El Mostrador, existe un 40% de estudiantes de escuelas municipales sin acceso a Internet, siendo la mayoría de estos niños que habitan en zonas rurales. Además, según JUNAEB, más del 80% de niños que asisten a centros educativos rurales son categorizados como vulnerables

Más específicamente, según un estudio realizado por el Colegio de Profesores, recogido por La Tribuna, un 60% de estudiantes de zonas rurales posee Internet solo a través de la utilización de datos de sus celulares, un 18% tiene acceso solamente a redes sociales libres y un 12% no tiene ninguna manera de acceder a la web

En la zona rural de Colliguay de la comuna de Quilpué en la región de Valparaíso, Jacqueline Alister y su hija Janet Arancibia, atraviesan una situación similar con respecto al acceso para poder continuar un proceso educativo que se debió enfrentar a la pandemia. De esta forma, Alister comenta a Radio Agricultura, que las carencias que ya poseían se han incrementado, especialmente en lo que respecta al ámbito digital, especificando que en su caso su hija sí posee clases online, pero le es muy dificultoso poder asistir a ellas de manera óptima. 

El caso de Alister se puede relacionar con el de Bárbara Umaña y su hijo, alumno de sexto año básico de la Escuela Viña Tagua Tagua. Ellos, a diferencia de Alister y su hija, no poseen siquiera la posibilidad de tener clases online, puesto que la conexión en el sector no otorga acceso ni a los profesores.

Así, Umaña explica lo complicado que ha resultado este proceso, tanto para su hijo, como para ella: “Si se pudiera conectar con los profesores, aprendería mejor, podría hacerles las preguntas que tiene a ellos y entendería mejor toda la materia, porque yo le explico lo que puedo, pero más allá no puedo ir”.

Buscando alternativas

Los profesores y los apoderados, inclusive de manera particular, son quienes han tenido que hacer frente a esta problemática y buscar cómo continuar con el proceso educativo, a pesar de las carencias digitales. 

Umaña menciona que en su caso su hijo ha debido continuar sus estudios en base a la realización de guías que los mismos profesores le entregan de manera presencial en la escuela o bien, le envían mediante su WhatsApp personal. 

Algo similar ocurre en la situación de Juan y su familia, de la región de la Araucanía. Según lo recogido por Ciper, en su hogar solamente se posee un celular, que es desde donde realiza sus actividades escolares y cuando se necesita la utilización de un computador, debe llamar telefónicamente a su madre, que vive en otra ciudad, quien posee un computador y tipea en él lo que su hijo le dicta. 

En el caso de los profesores, también han debido llevar a cabo acciones de manera particular para lograr sobrellevar este periodo y cumplir con su labor adecuadamente.

De esta manera, según Carmen Gloria Núñez y Mario Barraza, en su columna de opinión para El Mostrador, los profesores “Han expuesto su salud yendo hasta sus hogares (de los alumnos), no solo a llevarles material de aprendizaje impreso, sino también a darles contención emocional a ellos y sus familias en estos difíciles momentos de emergencia; se desplazan en sus autos particulares, caminan largos tramos, navegan en lanchas e incluso montan a caballo durante horas para llegar a los lugares más aislados”. 

Política pública a medias

Desde 1994, el gobierno ha intentado hacerse cargo de las problemáticas de conectividad en las zonas rurales del país, a través del Fondo de Desarrollo de Telecomunicaciones (FDT)

Así, como objetivo principal de este instrumento, se establece que “se enmarca dentro de las acciones del Gobierno por aumentar la inclusión y cohesión tanto geográfica como social, tendiente a posibilitar que aquellos ciudadanos que se encuentren aislados, por condiciones geográficas o tecnológicas, accedan a estos servicios de telecomunicaciones, en las mismas condiciones de precio y calidad que las capitales regionales, contribuyendo así a romper la brecha digital”.

A pesar de lo antes señalado, según Núñez y Barraza, este objetivo no ha logrado cumplirse completamente, pues “no obstante algunos avances, persisten múltiples obstáculos burocráticos y financieros para completar la conectividad en un número considerable de escuelas.” Esto, relacionado con el hecho de que, como mismo se explicita en su página, el FDT no funciona como financiamiento directo, sino que a través de concursos públicos a empresas y compañías de telecomunicaciones. 

Otra política pública que se ha generado gubernamentalmente para las zonas rurales es la Política Nacional de Desarrollo Rural (PNDR), que fue publicada el día 20 de enero del 2020. Este nuevo instrumento abarca una amplia cantidad de puntos que necesitan mejorarse en pos del progreso de las zonas rurales, entre ellos la conectividad digital. No obstante, en su columna de opinión Núñez y Barraza también cuestionan la PNDR, mencionando que “si bien se contempla la conectividad como un aspecto a mejorar, solo se incluyen tres líneas sobre educación. Dicha política se construyó intersectorialmente entre la mayoría de los ministerios, de modo de abordar integralmente el desarrollo rural, con excepción del Ministerio de Educación.

Voces que piden mejoras

La Red de Universidades Chilenas para la Educación Rural y la Agrupación Nacional de Profesores Rurales han sido organizaciones clave dentro de quienes piden mejoras en la educación rural y la conectividad.

Según lo expuesto en la columna de opinión de El Mostrador, la Red de Universidades Chilenas para la Educación Rural “han denunciado sistemáticamente esta situación al MINEDUC y la Agrupación ha realizado gestiones con la Subsecretaria de Telecomunicaciones entre los años 2004 y 2017”.

Además, se precisa que una de las trabas principales para respuestas por parte de las autoridades, ha sido que las empresas de telecomunicaciones no han permitido la dotación de conectividad en los sectores rurales, debido a la poca rentabilidad que esto significaría para ellos, en base a la baja cantidad de habitantes de las zonas. 

La fundación Enseña Chile es otra entidad que trabaja en base a mejorar la educación y que ha luchado por una igualdad en las zonas urbanas y rurales. María José Encina, mentora de Enseña Chile, quien ha desempeñado su labor en contexto rural, reflexiona: “La crisis que vivimos más que agrandar la brecha yo creo que desnuda la brecha que existe hace mucho tiempo y por la que muchos profesores rurales llevan mucho tiempo luchando”.