Morgan Freeman, símbolo de paz en la inauguración del mundial.
Por Camilo Araya Benavente
Este año la inauguración del mundial de Catar 2022 tuvo una duración de cerca de media hora en donde la cultura catarí fue predominante a través de su música y bailes, sin embargo, los protagonistas fueron el cantante de bts Juncook y el actor estadounidense Morgan Freeman.
“El fútbol une a personas y naciones. Hay un hilo común de esperanza y respeto. El fútbol expande el mundo, une a las naciones en su amor por este precioso juego. Lo que hace a las naciones estar juntos, hace estar juntas a las comunidades. Todos tenemos una historia de fútbol, y Qatar también”. Fue el discurso del actor que sentado en medio del Lusail Stadium junto a Ghanim Al-Muftah, influencer catarí con síndrome de regresión caudal haciendo un llamado a la inclusión, el amor y el respeto.
El llamado se hizo en un país en el que las mujeres están al alero de los hombres, ya sea padre hermano, tío o esposo, obedeciendo todo lo que estos le digan. Un país en donde la diversidad sexual es penalizada con siete años de cárcel por “acciones ilegales e inmorales” y donde las personas que se expresan desaparecen.
Primer país asiático en ser sede de una copa del mundo, que desde su elección el año 2010 comenzó la construcción de estadios porque no tenía, porque no es un país futbolero, construcciones llevadas a cabo por inmigrantes que desde países pobres buscaban una oportunidad de trabajo, muriendo 6500 personas, pero solo 50 reconocidas por el gobierno catarí.
Un país que si no es por las cantidades infinitas de dinero que posee aún estaría en la sombra del mundo, el que intenta disimular y esconder lo que realmente es a través de la fiesta del fútbol o, mejor dicho, el negocio del fútbol.