Glaciólogo Andrés Rivera: “Los derretimientos están siendo cada vez mayores”
El experto relata cómo ha impactado el cambio climático a los glaciares
Por Antonia Moreno.
Andrés Rivera, glaciólogo y académico del Departamento de Geografía de la Universidad de Chile, reveló que el cambio climático “está para quedarse” y ha tenido un gran impacto en los glaciares, ya que los derretimientos son cada vez mayores.
Si bien, el glaciólogo explica que los glaciares experimentan todos los años procesos de derretimiento en épocas calurosas, es fundamental que haya una parte del año en que reciban una compensación en precipitaciones sólidas (nieve) que acumule lo derretido en verano.
Sin embargo, “los derretimientos están siendo cada vez mayores y, por lo tanto, no hay la suficiente acumulación en los campos de hielo para que se compensen las pérdidas por derretimiento”. Dentro de esta misma línea, “cuando solo hay derretimiento obviamente que el glaciar pierde masa, pierde su volumen e incluso puede desaparecer” afirmó el académico.
¿Por qué nos afecta?
Andrés Rivera expresó que se debe ver a los glaciares como prestadores de servicios ecosistémicos. Proveen agua y nutrientes, que controlan y actúan como reguladores climáticos. Pero, además, le dan valor cultural a la sociedad.
Lo anterior en el sentido de que tienen una relevancia que va más allá del agua que contienen. “Son parte de nuestra identidad y nos dan también un sentido de pertenencia, nos dan una cierta calidad de vida” explica el glaciólogo.
El experto asegura que, a pesar de que el derretimiento de los glaciares genera más agua y que quizás esto sea algo muy positivo, “el problema de eso en específico es que los glaciares si siguen arrojando tanta agua va a llegar un minuto en que no les va a quedar volumen para derretirse. Entonces, su contribución va a disminuir y eso va a tener un impacto negativo en los ecosistemas asociados”.
“Los glaciares están condenados”
Rivera manifiesta que la desglaciación, es decir, el deshielo, está gobernado principalmente por el cambio climático a nivel global y que, por lo tanto, es muy poco lo que se puede hacer a nivel local para evitar el proceso de derretimiento.
“No podemos evitar el derretimiento porque el cambio climático es algo que está para quedarse. Lo que podemos tratar de hacer es reducir la tasa incremento de la temperatura atmosférica y a través de esto reducir el derretimiento de los glaciares. Pero ya vemos que incluso parando todas las emisiones de gases de efecto invernadero, la temperatura va a seguir aumentando” señala el académico.
“Entonces debería haber una reducción, una reabsorción de los gases de efecto invernadero que existen en la atmósfera, o una reducción muy significativa de la generación de estos gases como para que la curva de incremento de temperatura tienda a disminuir. Así que digamos que los glaciares están condenados”, agrega Andrés.
No solo es el cambio climático
El glaciólogo explica que hay actividades que producen daños indirectamente a los glaciares, a lo cual él llama “impacto indirecto”, y “es aquel que se genera por la acción antrópica, pero de forma remota y que puede afectar a un glaciar por una actividad que no está ‘encima’del glaciar” aclara.
Según la RAE, antrópico es algo “producido o modificado por la actividad humana”, un ejemplo de esto puede ser la pesca, la minería, la deforestación, entre otros. El experto dice que “las actividades antrópicas tienen consecuencias negativas, como por ejemplo: la generación de material particulado como polvo (…), los vientos puedan tomar el material particulado más fino y trasladarlo a los glaciares”.
Ahora bien, Rivera afirma que las actividades antrópicas no solo generan polvo, sino también hollín. Estas son partículas sólidas de tamaño pequeño compuestas por carbono negro y viene de los combustibles. Los motores Diesel, combustible o bencina pueden generar hollín y este puede ser desplazado por el viento y llegar a los glaciares, lo cual podría tener un impacto negativo.
“El origen del hollín puede viajar mucho más en distancias porque es muy finito y el viento lo puede desplazar, incluso puede dar la vuelta a la Tierra. De hecho, el hollín se ha detectado incluso en Antártida. Entonces, en efecto no es solamente los que están cerca de los glaciares los que son culpables del hollín, sino también los que están más lejos y los que están más lejos, en el caso de Chile Central, somos nosotros, son las ciudades, es Santiago, porque es ahí donde está el parque industrial, es ahí donde está el parque automotriz, es ahí donde está el transporte más grande, si son 7 millones de personas que están ahí consumiendo combustible día a día” expresa el glaciólogo.
“Queda obligatoriamente adaptarnos”
El académico, sobre el cambio climático, dice que –desde el punto de vista local– no hay solución “personalmente creo que no, no hay nada que hacer, por lo que nos queda obligatoriamente adaptarnos”.
Entonces, según el experto, como no se puede hacer nada con el proceso de deglaciación, por ahora queda mitigar los efectos glaciológicos que se presentarán. Entonces, hay que adaptarse y “modificar nuestros procesos productivos, nuestras formas de vida, nuestras tasas de consumo y de uso y desuso del agua para poder enfrentar escenarios más adversos desde el punto de vista climático” agrega Rivera.