Verificación en tiempo real: periodista por un día
Por: Valentina Pizarro
Solo faltaban 30 minutos para que comenzara la 3ra Cuenta Pública del presidente Gabriel Boric, agendada el 1 de junio. La tensión se sentía en el ambiente mientras los editores organizaban a sus equipos, cada uno compuesto por cinco integrantes. La emoción y los nervios de participar por primera vez en una actividad periodística eran evidentes, surgiendo muchas dudas y la necesidad de reafirmación.
Colaborar con periodistas experimentados de un medio tan reconocido como Fastcheck generaba más ansiedad. La sensación de unidad al estar frente a un computador, rodeada de más de 20 periodistas compartiendo el mismo objetivo, era incomparable.
Durante la ceremonia, la sala central permanecía tranquila, pero a pocos metros, al menos seis periodistas transcribían arduamente cada palabra del mandatario. Gracias a estos colegas, pudimos comenzar a verificar antes, aumentando nuestra cobertura y tiempo de publicación. Un Excel lleno de frases nos esperaba, listas para ser confirmadas.
En primera instancia, cada equipo tenía una temática que cubrir; en mi caso fue seguridad, interior y migración “Temas dificiles” pensé. Sin embargo, todo se fue desenvolviendo un poco más cuando ya tuve mi primera frase para ser verificada: era sobre las cifras de los casos de homicidios en Chile. Pensé que encontrar información sobre esto era simplemente leer un informe tras otro, pero los números y las fechas comenzaron a mezclarse en mi cabeza. Luego de un rato, logré tener toda la información necesaria para redactar.
Al ver la verificación publicada en el sitio web me hizo sentir orgullosa de mi misma, al leer mi nombre en un artículo de un medio. Yo era la autora. Esta parte lo convierte en un sentimiento muy agradable.
“¿Alo? Hola, soy periodista de Fastcheck, quisiera saber si…” era la frase más recurrente del día. Ver a mis compañeros/as inmersos/as en sus computadoras, indagando información y analizando cada palabra del presidente, nos hizo sentir que habíamos dejado de ser estudiantes para convertirnos en verdaderos periodistas.
A veces, la investigación se complicaba, ya que las fuentes no querían colaborar, pero no fue razón para desanimarnos. Al contrario, esto volvía la actividad más desafiante.
El día transcurrió rápidamente. Mientras el tiempo se agotaba, las frases para chequear también disminuían. Los editores trabajaban a toda máquina para postear todo en el momento. Al final de la jornada, 33 frases fueron verificadas, reflejando el arduo trabajo que nos permitió ser periodistas por un día, un día que quedará para siempre en los artículos perdidos en el ciberespacio.