China se toma el “patio trasero”: el nuevo inversor líder que guía el desarrollo de Latinoamérica

Una contextualización histórica que busca exponer datos básicos para comprender cómo China ha tomado liderazgo en Latinoamérica.

(Imagen bajo licencia creative commons, Pexels.com)

Por: Johan Gabler, Bastián Silva, Constanza Pacheco, Benjamín Riffo, Catalina Araya y Natalhy Tapia

En el último tiempo, China se ha enmarcado en lograr múltiples tratados comerciales con Latinoamérica, incluso convirtiéndose en el principal socio de varios países, como Perú y Argentina que son parte de estos, aunque con grandes diferencias entre sí. Esta inyección económica del gigante asiático se ve incentivada por la abundancia de materias primas y una escasa regulación, pero también por el “descuido” de Estados Unidos en dicha región.

“(…) China tiene una gran cantidad de proyectos en minería, que tiene una gran mina de cobre que está desarrollando. En el caso de América Latina, Perú tiene otro recurso muy importante de cobre y la acción medioambiental no es tan restrictiva como lo está siendo para nosotros (Chile)”, dice René Saa Vidal, docente de la Universidad de Chile, quien ha trabajado como experto internacional en Naciones Unidas, Unesco, Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo. En su trabajo, se ha especializado en el ámbito de medioambiente, desde donde realiza proyectos de desarrollo.

El investigador explicó que, respecto al desarrollo, Latinoamérica debe ser cauta en torno al tipo de políticas que se quieren aplicar respecto al medioambiente, de manera que no afecte sustancialmente los recursos naturales y los ingresos monetarios.

Enfatizó en que China no controla demasiado las medidas medioambientales, pero que sí tienen una influencia clara en Latinoamérica en términos de inversión, política y economía. Según Saa Vidal, el aporte chino recae en la generación de energías alternativas. Incluso recalcó que el desarrollo de China y su impacto en América Latina también depende de su plan militar y sus políticas internas.

Su contendor mundial, Estados Unidos, se encuentra en una etapa de cambio donde “la gran estrategia” se ha visto debilitada a través de los años. Actualmente, el país norteamericano no está aportando significativamente en Latinoamérica como antes, sino que está concentrado en asuntos internos.

El protagonismo de China en el contexto global es una realidad, reemplazando a Estados Unidos y siendo la potencia que ha tomado un papel fundamental en el desarrollo internacional. Teniendo la oportunidad de crear los lineamientos que podrían guiar el desarrollo y las políticas de América Latina, en base al extractivismo y otros tratados económicos.

El concepto de desarrollo

Noelia Figueroa en su artículo “El desarrollo y las políticas públicas” indica que, desde la economía, el concepto de desarrollo se ha definido como un instrumento que mide el progreso de las sociedades occidentales en lo que respecta la distribución de sus recursos y las relaciones materiales o simbólicas entre sujetos de estas, con el fin de satisfacer necesidades.

La académica asegura que el concepto de desarrollo se empezó a ocupar cuando nació la discusión sobre desigualdad entre los países del sur y los del norte. Respecto a la noción de subdesarrollo, Figueroa se refiere a países en una condición de inestabilidad y dependencia, que difícilmente pueden romper el círculo de la pobreza. “Un país desarrollado se caracteriza por su estabilidad e independencia, donde no existe pobreza. Un país o nación que es capaz de generar”, aclara Figueroa en su escrito.

Cronológicamente, las políticas para el desarrollo se remontan a 1948 cuando se creó el sistema de Naciones Unidas como un organismo destinado a mantener la paz y promover justamente el desarrollo internacional. Específicamente, se puede hablar de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), que se encargó de promover políticas públicas para el desarrollo económico de Latinoamérica.

Contexto histórico

La relación entre Estados Unidos y Latinoamérica tiene hitos importantes en torno al concepto de desarrollo y las “ayudas” entregadas desde el país norteamericano. Según Memoria Chilena, la Alianza para el Progreso surgió para evitar que América Latina siguiera los pasos de Cuba. En 1961, el presidente estadounidense John F. Kennedy propuso este programa de ayuda económica y social, que buscaba mejorar condiciones sanitarias, ampliar acceso a la educación y vivienda, así como controlar la inflación y la productividad. Con esto, los países recibirían aportes económicos de Estados Unidos, que no se hicieron efectivos.

Sergio Bitar en su escrito “Los intereses económicos de Estados Unidos y su política hacia América Latina”, explicó que la idea de ayudar económicamente a otros países fue criticada a partir de los 70. El autor dijo que “La tesis de que el desarrollo económico y social de América Latina era parte de la ecuación de seguridad de Estados Unidos. comenzó a debilitarse. Por el contrario, se consideró que la mejor forma de aportar al desarrollo de Latinoamérica era a través de preferencias comerciales o inversiones directas, crear un crecimiento sostenido de la economía estadounidense. La tesis de trade not aid.

En las décadas de los 70 y 80, se estableció un “modelo experimental” mediante dictaduras en Latinoamérica, llamado crecimiento económico en efecto de cascada, la teoría del chorreo. Esto refiere a la liberalización de la economía, la reducción del Estado, las privatizaciones de lo público y la inversión extranjera. Esto en teoría fue una medida para que los países del sur se desarrollaran a través del libre mercado, que supuestamente, distribuiría mejor los ingresos y los recursos hacia las necesidades de la ciudadanía.

Según Figueroa, las políticas públicas establecidas en aquella época redujeron los riesgos asociados a la inflación y al alto endeudamiento público que exhibían las economías latinoamericanas en los 80, pero que no consiguieron los objetivos de desarrollo que supuestamente perseguían.

La retracción de EE.UU en la actualidad

Actualmente, Estados Unidos se encuentra en una recesión económica, una de las razones que lo ha apartado de su protagonismo en el mundo. Es un país que históricamente ha participado en distintos procesos ajenos, entregando aportes económicos a otros países, interviniendo militarmente, etc. Sin embargo, hoy están en una retracción, ocupados de sus asuntos internos.

En el Real Instituto Elcano, Carlotta García realizó un artículo titulado “EEUU 2020: hacia dónde va su política exterior”, donde analiza un cambio de rumbo en la política exterior estadounidense. La autora explica esto a partir del rechazo a la estrategia post Guerra Fría (dominio norteamericano), la creciente polarización política y el cansancio de que el país deba soportar el liderazgo de la comunidad global. El debate está en el papel de Estados Unidos en el mundo.

Carlotta explica que el bipartidismo en la política exterior de Estados Unidos ha sido una constante luego de la Segunda Guerra Mundial. Uno de sus principios básicos fue que el país debía tener un papel activo internacionalmente, contener la expansión del comunismo, construir instituciones en alianza con otros continentes y ayudar económicamente al desarrollo, así como estar abiertos al comercio.

La “gran estrategia” está basada en el dominio norteamericano en distintos ámbitos: un establecimiento de un orden mundial favorable a los intereses de Estados Unidos, expone la autora. Las bases son la posición protagónica del país, la promoción del libre mercado y la democracia.

La ciudadanía estadounidense se cansó de que los gobiernos hicieran campañas más “hacia afuera que hacia dentro”. Carlotta evidencia que Donald Trump fue el primer presidente que cambió su estrategia exterior (distinta a la “gran”), renunciando a ciertos tratados internacionales y no entrando en otros conflictos.

En un artículo llamado “Un manifiesto para los moderadores” (Instituto Quincy para el Arte de Gobernar), escribe que “(…) los estadounidenses quieren una política exterior que preserve la seguridad de los Estados Unidos, mejore la prosperidad y mantenga el compromiso fundamental de los Estados Unidos con la libertad individual. (…) un número grande y creciente de estadounidenses quiere una política exterior de moderación”.

La idea es que el país norteamericano apueste por una contracción y una limitación selectiva, “nuevos límites”. Distinguir los compromisos y asuntos realmente importantes para su nación.

Imagen bajo licencia creative commons, Pexels.com

Carlotta nombra American First, pero no como estrategia, sino que como una tentación para los políticos que EE.UU se aísle de asuntos internacionales y desarrollar así un internacionalismo “más selectivo”. Lo que parece claro es que EEUU necesita una nueva política exterior que tenga más presente a sus ciudadanos, que no se olvide de las grandes preocupaciones globales como el cambio climático y la lucha contra las pandemias, y que tenga en cuenta la nueva configuración del poder en la que destaca el papel de China”, indicó la autora.

No es el fin del papel global de EE.UU, pero su política exterior está cambiando.

La inversión China

Para contextualizar el desarrollo económico chino y el comienzo de sus múltiples inversiones, el artículo de la revista de la Cepal “América Latina y China: ¿beneficio mutuo o dependencia?” evidencia cambios en la estructura social china, los que se materializaron a partir de los 90.

El artículo dice que el desarrollo industrial chino es producto de la planificación, ejemplificando cómo el país asiático de la mano de sus líderes ha construido un puente entre la economía centralizada y la de mercado, siendo actualmente la segunda del mundo en cuanto a producción.

Específicamente, la relación entre China y Latinoamérica empezó a ampliarse a partir del 2002, cuando China ingresó a la Organización Mundial del Comercio (OMC) y también en 2004, cuando se firmaron acuerdos de inversión y comercialización.

Dentro del mismo artículo, se plantea si las relaciones comerciales entre el país asiático y los de esta región son una relación beneficiosa mutuamente o si se trata de una nueva dependencia de Latinoamérica internacionalmente.

Centro de Estudios Internacionales UC

China es uno de los principales socios comerciales de América Latina y caracterizan esta relación como “estratégica”. Debido a la cantidad de recursos naturales que posee esta región del mundo, las que son fundamentales para el desarrollo de las industrias chinas, son materias primas tales como: soja, mineral de hierro y petróleo.

Los autores evalúan una interdependencia de relaciones comerciales entre Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, México, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela y China. Así, el objetivo de su estudio es evaluar el impacto del crecimiento económico de China con respecto a “la producción sectorial, las exportaciones e importaciones y la variación del bienestar de los países latinoamericanos seleccionados y de la propia China”.

Mediante gráficos, se evidencian diferencias entre países latinoamericanos con respecto a sus relaciones comerciales con China. En el caso de Perú y Argentina, que son los países fundamentales en este reportaje, presentan que el patrón de las exportaciones es de productos de baja-mediana tecnología y de materias primas.

Extraído de “América Latina y China: ¿Beneficio mutuo o dependencia?”

Al contrario, las exportaciones de China para con Argentina y Perú son de diferente calidad de productos, se refleja una posición primario-exportadora de América. Ellos no dependen de América Latina, no existe una retribución económica ni en productos ni servicios.

En la revista se habla de la perspectiva de la CEPAL respecto a estas relaciones entre países, donde la economía mundial se estructura en base a un sistema de centro-periferia, el centro incluye a todos estos países que manejan “las técnicas de producción capitalistas”. Además de presentar una “estructura de producción diversificada” y exportan gran cantidad de productos manufacturados.

Dentro del escrito se hace alusión a la baja elasticidad de esta dinámica e incluso hace que las diferencias entre centro-periferia se agranden más.

América Latina en la década de los 70 y 80 había comenzado un proceso de industrialización, más en unos países que en otros, pero “debido a factores internos y externos, como las crisis del petróleo (1973, 1979) y el creciente endeudamiento” hicieron que esta región se estanque y que la década de los 80 sea llamada como “la década perdida”.

En la década de los 90 llegaron medidas neoliberales a América Latina, enfriando cualquier intento de volver a pensar en políticas de industrialización y producción. Ahí es cuando China comienza a planificar y abrir su economía, desde la mano de obra barata y la importante inversión.

Entrevista a René Saa Vidal

La crisis financiera del 2008 fue clave para las relaciones de China con la región, el país que sale beneficiado de eso es Perú, donde firmaron tratados y se acercaron mutuamente. La contraparte, Argentina, no fue tan marcada y se mantuvo regular desde principios del 2000 hasta ahora.

Un artículo del Centro de Estudios Internacionales de la UC señala que, según el Foro Económico Mundial, el comercio chino con Latinoamérica creció 26 veces entre 2000 y 2020. Se proyecta que se duplique para el 2035 a más de 700.000 millones de dólares. Desde el 2000 al 2035 habría un crecimiento del 25% con relación al comercio entre China y la región.

Según el escrito, hace dos décadas, EE.UU “era el principal socio comercial de nueve de doce países de Sudamérica, en la actualidad China lo ha sobrepasado, con las excepciones de Ecuador, Colombia y Paraguay”.

Centro de Estudios Internacionales UC

Los datos del Banco Mundial

Según el Banco Mundial, el desarrollo actualmente se debe enfocar en alcanzar altas metas de sustentabilidad de las cuales destacan: dar fin a la pobreza, fin a la hambruna, salud y bienestar, reducir la brecha económica y alianzas por el desarrollo como puntos principales.

En el caso de China, aparenta estar en un punto medio de esta concepción de desarrollo, ya que, como demuestra el gráfico a continuación, sus emisiones de gases de efecto invernadero aumentaron entre 1990 y 2005 al doble.

Mapa extraído de datos del Banco Mundial, editado
Mapa extraído de datos del Banco Mundial, editado

Estos gráficos señalan dos aspectos a tomar en cuenta. Primero, que entre 1990 y 2005 aumentó notoriamente la actividad industrial del país asiático, un hecho que se podría explicar por su entrada en Latinoamérica. En segundo lugar, demuestra también la necesidad de un compromiso medioambiental, para estar en sintonía con el desarrollo sustentable del Banco Mundial 2020.

Este punto tiene especial relevancia si se pone atención a que también están las emisiones de gases de Argentina y Perú, emisiones que incluso hasta el 2019 crecieron de forma muy mínima con relación a China. Lo mismo ocurre con EEUU, el cual se mantuvo en los seis mil millones años desde el 2005, como se muestra en la siguiente tabla, algo que se resalta en demasía con los doce mil millones de emisiones que tiene el gigante asiático.

Tabla hecha a partir de los datos del Banco Mundial

Pese a que la cantidad de contaminación supera la de EEUU, su Producto Interno Bruto (PIB) no lo hace, es decir, el país asiático produce menos y contamina más que su contraparte norteamericana.

Tabla editada a partir de Datosmacro

Estos datos se condicen con las palabras de René Saa Vidal, cuando aseguró: “[…] China tiene otra actitud, yo diría un poco, originales del capital que tuvimos nosotros, demasiado agresiva, nosotros tuvimos un capital exterior en el que Chile era, el capital inicial en Latinoamérica era demasiado agresivo, donde poco importaba con respecto a (el medioambiente), y en esas situaciones uno ve lo mismo en China […]”.

René Saa Vidal sobre pugna por la Amazonía en Brasil

Por otra parte, la agenda sustentable buscaba acabar con la brecha económica que existe en los países, una tarea complicada si, al distribuir los ingresos, el sueldo mínimo que ofrece en China hoy en día es menor que incluso el de Argentina, uno de los países con situación económica más compleja en Sudamérica.

Tabla editada a partir de Datosmacro

No obstante, el Índice Gini de China indica un primer esfuerzo de la nación por adecuarse a una distribución de su riqueza más equitativa, otro de los puntos de la agenda sustentable del Banco Mundial, ya que, por lo menos hasta el 2019, la cifra se mostraba en descenso.

Banco Mundial, Índice de Gini China

Como se destaca en el reportaje de la BBC llamado: “Cambio climático: cómo el explosivo crecimiento de China lo convirtió en el principal contaminante del mundo” (2021), hay más intentos por ser más amigable con el medioambiente, puesto que, si bien es el mayor productor de dióxido de carbono a nivel mundial, también es uno de los primeros en adoptar tecnologías renovables para cuidar la calidad del aire, a su vez también ocupaba el año 2021 el séptimo lugar en la compra de autos eléctricos, y también desde hace un tiempo implementó programas forestales diseñados para reducir la erosión y la contaminación del suelo.

El desarrollo latinoamericano, según la CEPAL

En entrevista con Cecilia Vera, miembro de la División de Desarrollo Económico de la CEPAL, entrega la visión institucional sobre el modelo que se aplica en la región, las políticas que consideran importantes y además de la opinión sobre los países que estamos ejemplificando (Argentina y Perú).

Respecto a las políticas, Cecilia afirma que la CEPAL hace un llamado a todos los países para “redoblar esfuerzos para potenciar el desarrollo por la vía de revertir el bajo crecimiento de la productividad y de la inversión”. Esta última siendo una enorme limitante estructural en sí misma.

América Latina y el Caribe deben adaptar las políticas de productividad para que puedan integrarse “de manera adecuada y rápida a las revoluciones tecnológicas que han cambiado y están cambiando el paradigma productivo”. Estas políticas productivas “deben ser ambientalmente sostenibles e incluir además una dimensión sectorial”.

De acuerdo con el punto anterior, la CEPAL identifica nueve sectores donde enfocarse y contar con un alto potencial dinamizador y transformador, estos son: la transición energética, la electromovilidad, la economía circular, la bioeconomía, la industria manufacturera de la salud, la transformación digital, la economía del cuidado, el turismo sostenible y el sector conformado por las microempresas y las pequeñas y medianas empresas (mipymes) y la economía social y solidaria

En el tema social, Cecilia Vera afirma que la CEPAL “ha insistido en que varios países carecen todavía de sistemas de bienestar sólidos. Las políticas públicas de la región deben incorporar plenamente la transición hacia sistemas universales de acceso a ciertos bienes y servicios que son centrales no solo para el bienestar sino también para el aumento de la productividad (entre otros, la salud y la educación). El combate a la pobreza y a la desigualdad requiere por una parte de más empleo formal y por otra de políticas que conduzcan a sistemas universales de protección social”.

Además, como una opinión institucional del contexto que vive la región, asegura que: “En el último período de sesiones de la CEPAL, justamente se destacó que se está en un momento para hacer cambios transformacionales”.

¿Cuáles son los motivos por los cuales el actual modelo de desarrollo debería quedar caduco?

Si bien los países de América Latina y el Caribe han hecho esfuerzos muchas veces en la dirección correcta para lograr el desarrollo, la región atraviesa en este momento un período complejo a partir de una serie de crisis en cascada: crisis de salud, crisis climática, crisis de empleo, social, educativa, de seguridad alimentaria, energética y del costo de vida a partir de los procesos de aceleración de precios que hemos visto en los últimos tiempos.

Imagen bajo licencia de creative commons, Pexels.com

La pandemia del COVID-19, exacerbó aún más los problemas estructurales que la región ya venía registrando: baja inversión y productividad, informalidad, desocupación, escasa cobertura de los sistemas de protección social y salud, y altos niveles de desigualdad y pobreza.

Entonces, luego del crecimiento de 2021, principalmente a causa de un efecto rebote, la región tiende a volver a la senda de bajo crecimiento que la caracterizaba antes de la crisis. La CEPAL estima que al finalizar el próximo año 2023 el crecimiento en los diez años entre 2014 y 2023 la región habrá crecido incluso menos que en la llamada década perdida de los 80’s.

En este sentido, más que reemplazar un modelo, se trata de orientar las políticas para que el crecimiento sea inclusivo, con políticas sociales que lleguen a los segmentos tradicionalmente excluidos, con reformas tributarias que favorezcan una mejor distribución del ingreso. En definitiva, se trata de insistir en los elementos delineados más arriba (pregunta 1).

Respecto al fenómeno inflacionario de América Latina y el mundo, para la CEPAL hay una clara injerencia de las políticas productivas que existen en este continente.

Las economías de América Latina y El Caribe están muy expuestas a la transmisión de las alzas de precios internacionales de commodities hacia los precios internos. Esto debido, en primer lugar, a la importancia que tienen dentro de la canasta del IPC el gasto de los hogares en rubros como alimentos (24%) y transporte (14%), y, en segundo lugar, dado el efecto en los costos de producción locales (por la dependencia de las economías de la región a la importación de este tipo de bienes, sea como insumos en los procesos productivos y/o en la oferta total de bienes)”.

En el caso de Argentina, el fenómeno inflacionario ya se venía desarrollando de forma anterior al resto de la región. De hecho, mientras que en Perú la inflación era menor al 2% a mediados de 2020, en Argentina en aquel momento ya era de más de 40% (en su medición de los últimos 12 meses).

En la actualidad (dato de octubre) la inflación en Argentina es de 88%, mientras que en Perú es de 8,3% (tasa que, si bien es la más alta en muchos años, ya está mostrando signos de estar cediendo).

En el primer semestre de 2022, la inflación regional alcanzó en junio un 8,4%, el mayor valor registrado desde 2005. Aumentos en el precio de los alimentos y del petróleo, una mayor volatilidad cambiaria y expansiones monetarias tuvieron mucho que ver en esta dinámica de los precios. Sin embargo, los cambios en la trayectoria de estas variables en el segundo semestre de 2022, sumadas a un menor dinamismo económico, hicieron que la inflación regional promedio experimentase un descenso de 1,6 puntos porcentuales para ubicarse en octubre con un 6,8%.

Se debe tener en cuenta que todos los datos, cifras y promedios brindados por la CEPAL (respecto a los índices de inflación en la región) son realizados sin tener en cuenta a Argentina, Venezuela, Cuba, Haití y Surinam.

Beneficios y consecuencias en la región

En los últimos dos años, desde el último periplo del gobierno de Trump y el actual de Biden, Estados Unidos ha ido “mirando” otros temas por los cuales debe preocuparse. Ese “descuido” o cambio de paradigma lo aprovechó China para no solo hacer más tratados, sino que para hacerse más fuerte y expandirse en América Latina como viene haciendo desde 2004.

En un artículo de “El economista” llamado “China toma el ‘patio trasero’ de EEUU: 247.000 millones de dólares en Latinoamérica”, se explica la diferencia de inversión del país asiático en contraposición del norteamericano. Esta parte de la región tiene comprometidos 247.000 millones de dólares, contra los 174.000 de Estados Unidos.

Brasil, Perú y Chile son los que lideran el intercambio comercial con los asiáticos. No vamos a dejar fuera a Argentina, que independiente de su situación, no está al mismo nivel que Perú.

Respecto a Perú, que es uno de los dos países usados en el reportaje, se extraen los siguientes datos de “The Observatory of Economic Complexity”

Las principales exportaciones son, Mina de cobre ($9,23MM), Oro ($6,46MM), Cobre refinado ($1,8MM), Gas petróleo ($1,41MM), y Harina de animales y gránulos ($1,19MM), exportando principalmente a China ($11,3MM), Estados Unidos ($6,36MM), Corea del Sur ($2,71MM), Canadá ($2,42MM), y Japón ($1,91MM).

Se ve claramente que China casi duplica a EE.UU en dólares comprometidos, siendo el principal socio. También lo es en importaciones:

Las principales importaciones son, Petróleo refinado ($2,18MM), Equipo de transmisión ($1,08MM), Ordenadores ($833M), Coches ($828M), y Petróleo crudo ($752M), importando principalmente desde China ($9,91MM), Estados Unidos ($6,82MM), Brasil ($1,77MM), Chile ($1,46MM), y Argentina ($1,41MM).

Se mantiene la distancia de China contra Estados Unidos. siendo este uno de los países donde se hace notar más la ventaja que han ido sacando los asiáticos.

Las importaciones de estos países son claramente materias primas o productos de muy baja manufactura, en contraposición de las exportaciones, que con diferencia muestran otro tipo de producción.

Juanita Goebertus, Directora para las Américas en Human Rights Watch (HRW), fue entrevistada por El Comercio sobre democracia y su desarrollo en Latinoamérica, declarando que Estados Unidos ha tenido políticas “contradictorias” en América Latina, pero que actualmente es una situación compleja. Explicó que el país norteamericano “está tan concentrado en sus propios problemas domésticos que cada vez tiene menos interés en participar de las conversaciones para la región”.

Se trata de un aislamiento evidente tanto en republicanos como en demócratas. Estados Unidos perdió influencia, dando espacio a Rusia y China, que, según la politóloga, se alinean para bajar los estándares democráticos y derechos humanos. Garantías básicas del desarrollo.

Goebertus recalcó que China tiene más acceso a América Latina. El país asiático es pragmático, no impone condiciones, sino que realiza grandes inversiones en la región. La miembro de HRW manifiesta su preocupación por la falta de condena a las violaciones de derechos humanos que hace China.

América Latina pierde, aunque suene paradójico, cierto lineamiento del desarrollo apegado al respeto a los derechos humanos, pues China los respeta aún menos. El beneficio es netamente económico, los datos lo demuestran. Existe una relación exportación-importación basada en la extracción de recursos naturales.

El desarrollo latinoamericano será guiado por intereses, pero pueden ser éticos o no. La CEPAL recomienda y trabaja bajo un foco de bienestar. China visualiza un panorama de inversión extractivista en la región. China es el nuevo protagonista.