Graffitis y expresiones en las murallas: ¿nuevo patrimonio tras la revuelta social?

Las murallas a lo largo de Chile han sido los espacios de manifestación más utilizadas por los ciudadanos para visibilizar la violencia ejercida por el gobierno mediante el uso de las fuerzas policiales.

Foto de creative commons

La periodista Blanca Castro señala en su publicación para Euronews de noviembre del 2019, que desde la revuelta social, las paredes y espacios públicos de Chile convirtieron las calles en un lienzo para expresar, gusten o no, el malestar del pueblo hacia el gobierno.

En el texto “Murales y graffiti como expresiones simbólicas de la lucha de clases” del trabajador social Luis Vivero Arriagada, se explica que la provocación social se transforma en manifestación. Se deja en segundo plano la propiedad privada para visibilizar las demandas ciudadanas y denunciar las violaciones a los Derechos Humanos llevadas a cabo por las fuerzas del orden y seguridad. 

“Es distinto que se borre para volver a plasmar algo nuevo, como un mensaje de la contingencia, a que lo tapen porque le molesta al gobierno”.

Censura

No es nuevo. El Doctor en Ciencias de la Comunicación Rubén Dittus recuerda, en su artículo “Las paredes hablan en Chile: crisis social, grafiti y arte callejero”, cuando el gobierno de Sebastián Piñera, en 2018, hizo un llamado a castigar a quienes rayaran las calles con multas y reclusión. Argumentando, que hay una intención de rebeldía ante el sistema que termina dañando la propiedad pública y privada.

Camila Nahuelcura Carrasco, estudiante de pedagogía en artes visuales en la UMCE y graffitera desde los 14 años, asegura que siempre ha existido una mala mirada hacia un estilo de pintura más urbano. “El rayado, al ser marginal, es ignorado y nunca es tomado en cuenta”, comenta Nahuelcura, pues es considerado como un acto delictivo que debe ser perseguido y castigado socialmente, “porque el poder no quiere que se muestre el malestar del pueblo”, concluye la artista.

Los muros hablan

Ante estos hechos, surge la pregunta: ¿Podrán los graffitis y expresiones de arte en las murallas consagrarse como nuevo patrimonio tras la revuelta social? 

Foto de Camila Nahuelcura Carrasco

La artista Camila Nahuelcura responde “no debería formar parte de esa concepción de patrimonio. Lo más hermoso de pintar las murallas es que es un arte efímero y volátil. Pintas y sabes que puede durar mucho o te lo pueden borrar al otro día y es porque es un lienzo. Se van renovando con la contingencia. Los muros no son propiedad privada, los muros hablan

Agrega, “ahora, es distinto que se borre para volver a plasmar algo nuevo, como un mensaje de la contingencia, a que lo tapen porque le molesta al gobierno”.

Foto de Camila Nahuelcura Carrasco
Foto de Camila Nahuelcura Carrasco

Se pronostica que este será un tema extenso y requerirá de bastante debate en un futuro próximo. Pero si algo está claro, es que el objetivo del graffiti seguirá siendo poner en jaque al poder político y financiero. Continuarán exigiendo soluciones.

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