Violencia de género: mansplaining, cosificación y porno

Las mujeres durante la historia, han vivido procesos en la actualidad son llamados violentos. Sin embargo, también hoy se ejerce la violencia de género que se pueden encontrar en prácticas como el mansplaining, cosificación de cuerpos y en el porno.

Históricas

La lucha feminista ha logrado grandes cambios en la historia de la humanidad. Así es como también abrir un camino hacia la libertad y los derechos. Debido a que como menciona Lorena Etcheberry, socióloga, hoy: “Se nos castiga en el mundo del trabajo remunerado por nuestras labores de reproducción de la sociedad misma”.

En la actualidad se logra reconsiderar y replantear, esa conciencia que dotaba a las mujeres como un objeto de servicio. Lo que tiene una explicación, ya que como menciona Fernanda Chacón, Secretaria General del Colegios de Sociólogos y Sociólogas de Chile: “El empleo -y más que el empleo, sino el dinero obtenido a través de él- funciona muchas veces como un factor protector ante la violencia”.

Vivir siendo mujer

En la sociedad contemporánea, se rigen tres conceptos que son relativamente recientes, se tratan de: la cosificación, el mansplaining y el porno. Conceptos que son recientes y ampliamente relacionables con la violencia de género que, según Chacón: “La literatura en torno a la violencia de género emerge recién en los años 60 – 70. Una de las primeras grandes luchas fue el acoso sexual en el ámbito laboral”.

Significando la violencia

Una de las palabras más actuales dentro del diccionario de violencia de género es el mansplaining, el cual es ejercido por un hombre hacia una mujer, demostrando la toma de poder por sobre el otro, incitando a la parte femenina a silenciarse y solventarse de la sabiduría que el hombre, cree que le solventa.

Aunque, es una práctica actual, es muy recurrente en todos los espacios de la vida cotidiana y es más, Etcheberry comenta que “el mansplaining resulta sumamente violento, nos retrotrae varios siglos atrás, y produce a nivel subjetivo procesos de inseguridad, rabia e injusticia”.

A esto se le suma una práctica llamada cosificación de los cuerpos. Esto no solo crea una visión de producto-servicio en el cuerpo de las mujeres, sino, que también ejerce una potencial violencia, según Chacón, se establece como el patriarcado en una de sus tantas acciones, pues hay “que pensar al patriarcado (…) como múltiples estructuras y relaciones sociales que las constituyen, las que se (re) producen en distintos ámbitos”.

Es así como, todo lo expuesto hasta ahora, se termina mezclando en el porno, pues es un referente sexual en niños y adolescentes. Etcheberry explica el proceso de la pornografía “en esa dirección, además de la cosificación del cuerpo de las mujeres, se encuentra la problemática sobre cómo desarrollamos en estos marcos posibilidades de sexualidades más libres, placenteras y de reconocimiento del otro/a.”

Irene Rojo en su artículo Educando en Cuerpos Pornográficos: un análisis más allá de la excitación: “Este poder, patriarcal y capitalista, convierte la discriminación de género en un escaparate de cosificación de la mujer y perpetuación de la violencia de género”. Esto, tácitamente es quitarle sentido, experiencia, realidad y afecto a la vida.  Por lo que se debe reflexionar al respecto, y escoger el bienestar, para traer un futuro digno para toda la humanidad.

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