Súper Mujer: Madres de hoy sin poderes ni tregua
Por Karina Arrepol Miranda
¡Tú quisiste ser madre!, ¡el amor todo lo puede!, ¡duerme cuando tu bebé duerma! Y tantas frases que las mujeres han escuchado, integrándolas a su configuración mental. Muchas transitan la maternidad con culpas, dudan de sus capacidades a diario asumiendo más carga de la que debieran.
La metamorfosis de mujer a madre
Cada mujer vive su maternidad como quiere y puede de acuerdo con las herramientas que dispone, sobre todo quienes son primerizas van aprendiendo sobre la marcha a criar, y de a poco van experimentando formas de maternar que le hacen más sentido o les acomoda más. Sin embargo, ya sean las madres con varios hijos o hijas, o las que tienen sólo un bebé, en distinta medida ven su vida alterada. Su tiempo ya no les pertenece, al parir ese ser que gestaron 40 semanas en promedio, forman una poderosa diada y crean un lazo tan fuerte que todo recién nacido depende 100% de sus madres, y aunque es hermoso y una experiencia única, puede también resultar agobiante para muchas.
¡No es ayuda!, es responsabilidad compartida…
Por otro lado, si bien algunas mujeres tiene red de apoyo, familiares o sus mismas parejas. No siempre pueden “apoyarse” en ellos como quisieran. O, por otro lado, estos no siempre comprenden que la tarea de la crianza es compartida y dejan la responsabilidad en gran parte a las madres, desentendiéndose y no tomando en cuenta la carga física y mental que la mujer se lleva en este largo periodo.
Además, cabe destacar que no todas las parejas tienen estos inconvenientes con respecto a la crianza, pero hablamos de un gran porcentaje, y lamentablemente, la balanza siempre se inclina hacia la madre. Vivimos en una sociedad que aún cree y premia cuando el hombre simplemente hace su parte. Y las frases típicas de “qué suerte tienes que él te ayude”, “mira que amoroso como muda la bebé o la baña”, sólo ayudan a consentir de cierto modo que su actuar es una buena acción y no una obligación como padre presente. Que todo lo que hace -y que otros/as le aplauden- es lo mínimo que se espera de una figura paterna consciente y responsable de su rol.
¿Qué es la carga mental?
La carga mental que tiene una mujer hoy en día hace que se sienta, en algún momento de su día, totalmente colapsada. Por lo tanto, visibilizar esta realidad ayuda a promover el cuidado de la salud mental y física y ser más conscientes de este problema social.
Según el sitio Comunidad Mujer, la carga mental es “todo el trabajo que implica la organización y administración del hogar y el cuidado de sus integrantes, el cual es permanente, invisible, poco valorado y realizado mayoritariamente por las mujeres. Planificar, gestionar y monitorear las tareas del hogar es trabajo, a lo que se suma, en la mayoría de los casos, el ejecutarlas diariamente”.
El don de multiplicarse
Porque ciertamente, no es sólo ir a dejar y a buscar a los niños al colegio y hacer las tareas con ellos/as; ser mujer multitarea hoy es una misión diaria, prácticamente se ponen una capa y comienzan a sortear los distintos obstáculos y cumplir con distintas expectativas que no se imponen ellas, sino más bien la sociedad, el colegio, otras madres y/o mujeres, la misma familia, e incluso parejas poco empáticas, machistas o derechamente flojas.
Ellas no tienen descanso, a menos que alguien las releve y aprovechen esos momentos para ducharse tranquilas o dormir de corrido. Lo cual es un verdadero lujo en los compulsivos tiempos que transitan. No obstante, que ese descanso sea eficiente es otra cosa y tener un break reparador es realmente reconfortante y necesario.
¿Por qué mi carga no es igual a la tuya?
Desde otro punto de vista, difícil y cansadora es la vida diaria para cientos de mujeres que cumplen muchos roles a la vez; ser mujer, madre, esposa, trabajadora, dueña de casa, psicóloga familiar, enfermera, pediatra, y sobre todo, cuidadora 24/7, porque lograr que los hijos/as sobrevivan día a día puede sonar incluso chistoso, pero la realidad es que intrínsicamente los bebés no tienen temor alguno a la muerte, experimentan cosas nuevas a cada minuto y no conocen el miedo ni los riesgos, por lo tanto, sí es una hazaña no menor mantener con vida y a salvo a cualquier bebé o niño/a que desea con urgencia y poca mesura descubrir el mundo por sí mismo/a.
Sin lugar a duda, la culpa es uno de los sentimientos más difíciles de erradicar de la mente de una madre. Cada pensamiento de inseguridad viene desde una idea preconcebida y construida por estereotipos de crianza que son perpetuados por sesgos machistas. Existe un tremendo esfuerzo detrás de cada mujer por conseguir equilibrar con tanta responsabilidad, y no fracasar en el intento. Y sobre esto, la Psicóloga a cargo de la red de Psicólogos TherapyChat Aida Rubio comenta “cargar sobre las espaldas con las exigencias de una profesión, la responsabilidad de la crianza de los hijos y las obligaciones familiares es posible… Pero sin un equilibrio adecuado puede poner a las mujeres contra las cuerdas y convertirlas una vez más en víctimas de una sociedad que ha pasado de subvalorarlas a, quizá, exigirles demasiado”.
Repartir las tareas equitativamente
Si la carga mental que lleva cada mujer fuese, en gran medida, compartida con otras personas, sería mucho más llevadera la vida. Pues repartir esta pesada responsabilidad podría ayudar a mejorar sustancialmente la salud mental. Y este último ítem es uno de los grandes problemas en la dinámica familiar. Si la madre está en casa, la pareja por lo general sigue trabajando, entonces al llegar del trabajo, se topa con que no están lavados los platos, ni hecho el aseo, la mamá muchas veces con suerte ha podido comer tranquila y está lejos de verse como la bomba sexy que era antes de incursionar en la maternidad. Y claro, entender lo complejo que es parir y criar un ser humano, supone un cambio psicológico inconmensurable para las mujeres y para ser justas, también para los hombres. Porque no saben dimensionar la metamorfosis que ha sufrido su pareja y que su cerebro se reprogramó en función de cuidar y proteger a otra personita, la cual es frágil y dependiente.
Es difícil creer que simplemente las mujeres quieran empatía, puesto que es difícil de cumplir a cabalidad. Es más probable que estas multifacéticas féminas quieran alguien que las escuche, que su pareja QUIERA ser parte de la carga familiar, tomar un rol activo dentro de la relación, decidir e integrarse dentro de la organización familiar. Quizás con aquello, puedan comenzar a sentir que no están solas en un proyecto tan impredecible, único, cansador e irrepetible como es la maternidad. Porque para una mujer profesional que quiere cumplir más de un rol con éxito y sentirse plena y exitosa, sería muy útil que quién la acompañe en esta aventura, vea la vida desde el mismo prisma para que puedan construir y escribir en conjunto vuestro futuro, pero ojalá de manera consciente y amorosa.