Resignificación de los espacios públicos bajo el contexto del estallido social
Los diferentes espacios públicos como plazas, monumentos o simplemente la calle, han sido los lugares de reunión y encuentro político para las manifestaciones que nacieron con el denominado “Estallido Social”.
Desde el denominado “Estallido Social” ocurrido el 18 de octubre de 2019 en Chile, millones de personas hasta la fecha se han movilizado por exigir cambios estructurales en el país en materia social y económica, como también en áreas de la educación, salud y vivienda.
Es bajo este contexto donde las calles, plazas y espacios públicos tomaron relevancia y un papel importante en las demandas sociales, ya que son el punto de encuentro y el escenario de estas luchas sociales.
La importancia del espacio público
Manuela Badilla, socióloga de The New School University señala que “en el estallido, esa posición se agudizó, es decir se hizo mucho más evidente el potencial colectivo o de espacio común que tienen esos lugares. ¿Por qué? Bueno la gente necesitaba reunirse y el espacio público apareció ahí con todas sus propiedades”.
En este sentido, la socióloga recalca que “no me podría haber imaginado los efectos, las consecuencias de la movilización social que vivió Chile, sin el uso de la calle”. Un claro ejemplo de esto es la ex Plaza Italia, la cual en el estallido social fue rebautizada con el nombre de Plaza “Dignidad”, entregando un nuevo significado a ese espacio.
“la ciudad es apropiada por el ciudadano, entendiéndola como un soporte, un lienzo arquitectónico sobre el cual se imprimirán las distintas escalas de demandas sociales”
La calle habla
Por otro lado, Gabriela Manzi, académica de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile, en su publicación “La ciudad de Santiago resignificada como corporeidad comunicacional temporal en tiempos de estallido social”, en la Revista Arquitecturas del Sur, señala este proceso de resignificación “como una expresión de la ciudad donde el cuerpo urbano se tatúa, expresando las necesidades de una sociedad invisibilizada y desatendida”
Por último, la arquitecta señala que “la ciudad es apropiada por el ciudadano, entendiéndola como un soporte, un lienzo arquitectónico sobre el cual se imprimirán las distintas escalas de demandas sociales”