Resignificación del monumento a Baquedano

La lucha que se ha mantenido desde el 18-O cambió la forma en que los chilenos ven al país, en la proyección del futuro y el significado que se le asignan a diferentes símbolos, como por ejemplo, la estatua del General Manuel Baquedano.

Estatua Baquedano. Martin Bernetti / AFP

Inaugurada el 18 de septiembre de 1928 y dando nombre al lugar donde se emplaza, la estatua de Baquedano se transformó en un lugar de encuentro para celebraciones y manifestaciones. 

Durante años, este lugar es considerado como un punto de división entre quienes tienen más y menos recursos. Es por esto que mucha gente ha tomado esta estatua durante las manifestaciones de los últimos años, transformándola en un nuevo símbolo, cambiando su significado original.

El nuevo símbolo de las manifestaciones  

La razón del cambio de significado radica en la apropiación de los nuevos símbolos por parte de los manifestantes, estos según el Historiador y secretario de estudios de la Universidad Abierta de Recoleta, Benjamín Larenas, “juegan un papel transversal al enviar un mensaje político”.  Otra razón que influye según Larenas en la apropiación de los símbolos del movimiento son “la colectividad y masividad de las consignas que envolvían las manifestaciones, ya que muchos marchaban por los mismos motivos”.

Existen otros factores que han propiciado la resignificación de la estatua Baquedano, el artista visual Manuel Concha señaló para El Desconcierto que “el lugar donde se emplaza el monumento ha perdido la significación patrimonial que tenía, debido a que este representaba la institucionalidad del siglo XIX”.

En esta misma línea, la Doctora en Historia de la Universidad de Chile, Ariadna Biotti, indicó para el mismo medio que “la estatua genera gran conflicto debido a que lo que se está reclamando en las manifestaciones es un acto de apropiación de una historia que no se cuenta oficialmente”.

Controversia detrás de la estatuaria 

Durante el aniversario del estallido social, el monumento generó gran controversia debido a las numerosas veces que fue pintado, sumado a las intenciones del Ejército de Chile de retirarla del lugar donde se ubica. En relación a esta polémica, Benjamín Larenas señala que “a Baquedano se le ha pintado tanto, que el símbolo ya no tiene sentido”. Además, el historiador añade que” es insólito que hayan policías para resguardar un objeto de concreto”.

La académica de la Escuela de Historia de la Universidad Diego Portales, Consuelo Figueroa, indicó para El Desconcierto que “por más que resguardo policial que tenga la estatua, ésta solo se transforma en botín mucho más preciado”.

Benjamín Larenas sentencia que “la estatuaria perdió su significado hace mucho tiempo, lo más probable es que si la estatua se intenta derribar, nadie reclame por ella”. 

La lucha ha perseverado. Cada viernes cientos de manifestantes se reúnen bajo los pies de la estatua de Manuel Baquedano, alzando la voz con sus consignas. El monumento podrá ser pintado una y mil veces, resguardado por miles de policías, pero algo es certero, la estatua no volverá a tener el mismo significado. 

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