La psicología de las relaciones abiertas

Vanessa C. Landeros


La psicología de las relaciones abiertas

Para entender la psicología de la relaciones abiertas Cristian Thomas, Doctor en sexualidad, ginecólogo y terapeuta sexual, parte explicando cada uno de los tres elementos fundamentales que nos permitirán adentrarnos a este mundo inexplorado para una persona que practica la monogamia o para aquellos que están entrando en estos nuevos terrenos del amor y el sexo:

  1. La biología y los genes, “aparentemente hay elementos genéticos que nos tienden a orientar a uno u otro u otro”.
  2. El ambiente intrauterino, es decir, el nivel de hormonas que tuvo el feto en gestación, por otro lado, el ambiente extrauterino que son los primeros 5 a 7 años en que crece la niña y el niño en relación familiar con los padres.
  3. La ansiedad, pareciera que es clave en cómo cada persona va a manejar su orientación, buscando calmar la ansiedad, “estando con una persona del mismo sexo, del sexo opuesto o de ningún sexo”.

Puede sonar extraño e incluso impensable lograr tener un tipo relación sexoafectiva abierta, pero es posible para aquellas personas que nunca se han sentido cómodos con la monogamia y que han querido probar otro tipo de unión, contando además que ello conlleve desligarse del concepto de “posesión” hacia el otro.

Es este concepto de posesión que ha marginado a quienes vivimos en sociedad, logrando que sigamos las “reglas” que delimitan nuestras vidas, sobre todo nuestras vidas amorosas, tal como lo describe el escritor estadounidense Evan Scott Schwartz en MTV  news: “La evolución marcó el inicio de las relaciones como otra forma de propiedad”, comenta Schwartz.

Esto quiere decir que desde que el ser humano tuvo la oportunidad de poseer “cosas”, se dio cuenta de que también lo podía hacer con sus relaciones sexoafectivas, destacando que estas relaciones se transformaron en las primeras monógamas de nuestra especie. 

Así nos explica el concepto de monogamia Christian Thomas, “Pareciera que la monogamia se fue estableciendo evolutivamente en la medida que los Homo Sapiens y los Homo Erectus se dieron cuenta de lo complejo que era criar a nuestras crías. En otras palabras, lo que se requería era mucha estabilidad en los progenitores para dar seguridad de sobrevivencia a los hijos y a las hijas, sino las crías corren un gran riesgo de muerte si uno de los padres no está presente.”

Esto formó que las relaciones se construyeran y vivieran a través de un compromiso, más allá de los sentimientos, ya que como dice el doctor Thomas el amor es un control social, dirigido estrictamente a que las personas formen relaciones, ojalá duraderas, con una sola persona. Por lo tanto, si dejamos que se formen relaciones con más personas se disparará el descontrol social, pero libertad para aquellos que las practican.

Es en la época en que estamos viviendo donde se ha producido una deconstrucción de la sociedad, permitiendo que nos cuestionemos todo, en especial la manera en que nos relacionamos de manera amorosa, dando la oportunidad a que varias personas sean “depositarias de mi amor” y al mismo tiempo del deseo sexual.

Esto desencadena en que nos preguntemos ¿Qué pasa entonces con la fidelidad

La terapeuta familiar estadounidense Dossie Easton se refiere a esto como una confusión de la gente, ya que la sociedad “describe mantener relaciones sexuales con una sola persona como ser fiel, pero me parece que la fidelidad tiene muy poco que ver con quién se practica sexo”. La doctora especialista en poliamor aclara que “la fidelidad se trata de ser fiel a los compromisos respetando a amigos y amantes y preocupándonos del bienestar de la otra persona”.

Por lo que lleva a que las personas involucradas en esta relación abierta acepten un acuerdo, es decir, que estén al tanto de que cada una de las partes puede tener otras relaciones con distintas personas ajenas al noviazgo principal, ya sea de manera amorosa o sexual, pactando y dejando en claro que nadie le pertenece a nadie. En consecuencia, tal como dice el doctor Thomas esto se convierte en un desafío social, en el cual todo aquel que desea sumergirse en un mar abierto se encuentra lleno de posibilidades que lo guiarán no solo a conocer distintos y distintas compañeras de vida, sino también de conocerse a sí mismo.