El deporte adaptado: una nueva oportunidad de vida

El deporte adaptado se construye desde la base de inclusión a personas con
discapacidad, está el área de ejercitarse, mantener hábitos de vida sana, pero por
otra parte está la construcción de un ambiente de recreación, desconectarse de la
vida normal y desarrollarse en un entorno autónomo. Más allá, su implementación
juega un rol clave en la inclusión de personas con discapacidad, eliminando las
barreras que podrían suponer las actividades deportivas tradicionales, con reglas y
formatos que no permiten la participación de todos los miembros de la sociedad,
además, esta variante deportiva tiene un rol terapéutico. Dos historias diferentes
pero con un propósito en común: el deporte sobre silla de ruedas.

Por Diego Aravena Landeros y Lautaro Tapia Muñoz.

Solo un par de meses restan para el comienzo de los juegos Parapanamericanos que se realizarán en Santiago de Chile en 2023, el mega torneo deportivo paralímpico organizado en nuestro país busca construir un hito importante en el alto rendimiento y cultura existente en ámbitos de discapacidad.

Los Parapanamericanos Chile 2023 serán sede de 17 deportes y 18 disciplinas diferentes, los cuales serán : baloncesto en silla de ruedas, boccia, fútbol para ciegos, fútbol PC (parálisis cerebral), golbol, judo, rugby en silla de ruedas, tenis en silla de ruedas, tiro Para deportivo y las versiones Para de: atletismo, bádminton, ciclismo (pista y ruta), natación, powerlifting, taekwondo, tenis de mesa y tiro con arco. Cabe destacar que todas las disciplinas a excepción del fútbol PC, serán clasificatorias para los Juegos Paralímpicos de París 2024, ya sea de forma directa o mediante la puntuación en los escalafones mundiales.

Detrás de cada disciplina están los y las protagonistas, deportistas que a base de entrenamientos, se han preparado enormemente para competir y conseguir medallas, formar parte del podio o simplemente participar en lo que serán unos históricos Juegos Parapanamericanos, que por primera vez se realizarán en Chile.

Para Jaime Aránguiz, deportista de Parabádminton, serán sus segundos
Juegos Parapanamericanos, y por el momento en el que viene, se tiene fé y
cree que puede lograr el oro en Santiago 2023.

Jaime Aránguiz

Jaime, tiene 29 años, es analista programador de profesión y hace casi ocho
años que juega Parabádminton. Llegó en auto al Centro de Entrenamiento Olímpico (CEO), cerca de las 3pm, una hora antes del comienzo de su entrenamiento. En su silla de ruedas junto a una pelota de basketball se dispone a entrar al CEO para, como él dice, calentar la muñeca antes de su práctica. Sube por la empinada y oxidada rampa, y con la tecnología de la silla sube a una velocidad alta. Llega a la cancha de entrenamiento y Aránguiz se topa con una tía del aseo, a la que se acerca rápidamente con su silla de ruedas ocupando nuevamente el motor tecnológico de este aparato, saludándola cariñosamente y regalándole unos alfajores que trajo para vender.

Aránguiz avanzó rápido, principalmente por sus ganas y dedicación, él dice que entrena de lunes a viernes en dos horarios diferenciados. Afirma: “normalmente nosotros entrenamos de las 10 de la mañana como hasta la 1 de la tarde. La gracia es tener 3 horas en la mañana de técnico, después almorzamos y hacemos 1 hora de físico, en un gimnasio que tenemos en el Estadio Nacional. Después descansamos una horita, una hora y media, para darle descanso al cuerpo y después le damos de nuevo en la tarde, unas 3, 4 horas”.

Jaime Aránguiz viene de jugar una competencia internacional en Japón, donde se midió con los mejores del mundo, “me ganó el N°1 del mundo y el N°4 del mundo, pero al N°4 le hice un partidazo, que ni yo me la creía. Me ganó 21-17 a 21-17. Quedaron todos preocupados porque el chileno que nunca aparece en las competencias, que le haga la pelea así al N°4 del mundo. Al N°1 del mundo le metí doce puntos en el primero y nueve en el segundo, ya es mucho porque el N°1 del mundo deja 21- 0 21-1 a todos”.

A pesar de su eliminación en octavos de final, Jaime quedó contento y afirma: “quiere decir que estoy trabajando como corresponde, estamos haciendo bien la pega, solamente que falta más tiempo. Yo quedé super satisfecho a pesar que quedé en octavos de final, me da lo mismo los resultados, los podios, las medallas, eso que buscan siempre, a mí me va y me viene, lo que yo quiero es ganar y superarme a mí mismo”.

Aránguiz recién empieza su entrenamiento con su compañero, al cual le exige bastante y le aconseja cómo ocupar su cuerpo y hasta lo reta por no estar concentrado, le dice que si la pelota viene alto, tiene que rematar, pero ocupando toda la extremidad del brazo, sabe como pegarle a la pluma, en qué momento ocupar qué golpe, con la cantidad de fuerza necesaria y como se debe ejecutar.

Es un analista del juego, Aránguiz cuenta que no entrena solo en la cancha, “Si yo no estoy entrenando en cancha, estoy viendo videos, estoy todo el día metido con el bádminton en el cuerpo, busco videos de los mejores del mundo, en qué fallan ellos, qué tienen ellos que no tengo yo, para poder replicarlo, para poder adaptarme. No solamente entreno el físico, también se entrena la cabeza, me tengo que estar estudiando tipos de juego, a mis contrincantes, todo”.

Su sacrificio y entrega es total, pero también nos habla de lo complejo que es avanzar como le gustaría, en un país que no posee instalaciones correspondientes a su deporte, ni posee un financiamiento para desarrollarse de buena manera. Jaime cree que es bonito que seamos locales por primera vez y ve las ventajas que traerá para la infraestructura deportiva en general, pero específicamente en bádminton y parabádminton no es así. Él dispara: “vamos a quedar casi en las mismas, porque no se están haciendo recintos de bádminton, se priorizaron todos los otros deportes de raquetas. Este deporte no se practica tanto en Chile, por lo
que no se decidió hacer canchas de bádminton, por ende tampoco de
parabádminton”.

Esto no lo frena y sabe que es su oportunidad de desquitarse de lo ocurrido en Lima 2019, que según cuenta, no pudo competir de la forma que esperaba por una lesión en el último día en su muñeca derecha, su mano hábil. “No pude desempeñarme como quería ni dar ni el 10% de lo que quería. Cada golpe sentía que se iba rasgando más, rasgando más. Era un dolor insoportable, entonces sentía eso, impotencia de no poder darlo todo”.

Imagen extraída de MMT Seguros.

El deporte es una de las áreas para que las personas con discapacidad
puedan desenvolverse de forma autónoma, dejando de lado viejos estigmas que se les da. Ellos pueden hacer lo mismo que los deportistas convencionales y aún con el poco apoyo que tienen, logran batallar y
luchar constantemente.

El profesionalismo por definición, se entiende como el o la deportista que se dedica voluntariamente a la práctica del deporte dentro de la organización de un club o entidad deportiva, a veces con una remuneración a cambio. Sin embargo, en el deporte adaptado el amateurismo no queda apartado de todo lo que conlleva ser deportista paralímpico, donde el nivel de exigencia, desarrollo deportivo y psicológico puede llegar a niveles casi iguales a los que están en el profesionalismo.

Rodolfo Medina, basquetbolista amateur de 38 años del equipo Cenlitcur, es uno de los miles deportistas del básquet sobre ruedas “Mi lesión, fue una lesión super grave, fue C6, yo quede sin mover nada, solo podía mover el
brazo izquierdo, nada más, quede en cama, el doctor a mi me dijo
que yo iba a quedar postrado”.

Fotografía extraída de Instagram

Durante 8 meses formando parte del equipo Cenlitcur, Medina perdió la movilidad de todo su cuerpo, llegando solo a mover su brazo izquierdo,
después de años llegó al equipo por recomendación de su kinesiólogo de
rehabilitación “Fui, vi a los chicos jugar y me dijeron súbete a una silla. Al principio dije, podré o no podré, y así fui trabajando, porque me gustó por el tema que me sirvió harto como terapia”.

Rodolfo Medina va al gimnasio todos los días de la semana, además de entrena lunes y miércoles con el equipo de básquet Cenlitcur, “Me ha tocado jugar un par de minutos, porque los partidos son muy intensos. Bueno yo soy el que tiene la lesión más alta en el plantel, igual me hacen jugar algunos minutos, para ir adaptándose, pero como te digo he ido avanzando mucho en lo personal, control de tronco, fuerza en mis brazos, musculatura, yo después de mi lesión perdí todo, antes de mi lesión
físicamente estaba totalmente bien, hacía mucho gimnasio, ahora ya recuperé mi musculatura, en brazos espalda, otra cosa que me complicó es la motricidad fina, pero con trabajo he mejorado demasiado”.

Formando parte de un plantel de aproximadamente 14 deportistas, Medina dice haberse reencontrado así mismo con el básquet, sumado a toda la ayuda de profesionales de la salud. “Acá en Chile todo lo que es salud es muy caro, todo lo que he conseguido ha sido particular, y sin plata no haces nada. He luchado mucho, me encuentro satisfecho, me encuentro bien”.

El deporte fue la mejor terapia, a 3 años de su lesión, fuera de todo pronóstico médico, comienzan a nacer nuevas aspiraciones y metas por cumplir, “Quiero comprar un auto, adaptarlo, quiero volver a ser autónomo, mucha gente del club me dice, que voy por buen camino y ahí te dan ganas de seguir metiendo, esa es mi meta y para allá vamos, he logrado muchas cosas, he estado con muchos kinesiólogos, ahora estoy con uno viendo el uso de “trainfes”, estoy yendo a un gimnasio, levantando pesas, aparte estoy en un centro de rehabilitación…hay que tener mucha fuerza mental, va en todo, el apoyo familiar, mi esposa, mi hija, mi hijo que ellos quieran verte bien, te da fuerza, de seguir luchando y ser lo más independiente posible, esa es mi meta”.

Dos historias, dos deportistas que con el deporte adaptado, encontraron un lugar donde desenvolverse y dejar de lado cualquier tipo de adversidad que les impida realizar acciones en su vida común, historias con propósitos y metas diferentes, pero que se coinciden en el esfuerzo y dedicación dentro de una disciplina deportiva y todo el compromiso que esto conlleva, queda de lado el profesionalismo y amateurismo, ejemplares de motivación, de disciplina y de lucha, junto con el afán por conseguir las metas que ellos mismos se proponen, los transforma en unos notables luchadores de vida.